Te aferraste a mis mentiras
y las hiciste tus verdades,
llené tu hombro de falsas lágrimas,
me diste tu regazo y en el fui tu niña,
acudiste a mi llamado
y te desvelaste para verme en paz
aunque fuese dormida,
cuidaste mis heridas
y mis alas dañadas sanaste
pero en algún momento de mi eterno sufrimiento
te cansaste, olvidaste promesas,
borraste de tu pecho todo pensamiento compasivo,
negaste haberme querido y un nuevo amor encontraste.
Yo por mi lado te seguiré queriendo,
añorare momentos de antaño
en los que te tuve en mis brazos
y fui tan feliz como una gota de agua
en caída libre hacia un manantial,
te quise y te quiero como el escritor a su libro,
la ilusión de tus brazos me enseñó a mentir y no me arrepiento.
Tu perdón no merezco;
aún así seguiré vibrante esperando por ti,
al otro lado del puente,
ahora sin mentira,
ahora transparente
pero siempre lista
para dejar hasta mi ultimo suspiro por ti.
Seguiré esperando ansiosa
el mundo ideal
donde las Rosas se llamen ******,
los carros sean de chocolate
y las estrellas se besen a prima noche
como aquella ocasión
en que calmabas mis dolores
con un simple abrazo.
Paulina Dix