iAmado mío!...
¡Me eseñaste tantas cosas bellas
y extraordinariamente maravillosas
que compartimos unidos
en un gran amor!
¡Me enseñaste a valorar
las alegrías de la vida...
pero no me enseñaste
a vivir en soledad...
soledad que hoy
clama tu presencia!...
Nhylath
(W.F. 710-14)