Una fuerte corriente me llevó río abajo.
Sentí como me iba de la vida.
Alcé mis brazos pidiendo ayuda,
pero la corriente era muy fuerte
y me arrastraba hacia el fondo.
Al echar el último aliento,
noté como una cálida mano
agarraba mi antebrazo helado
Y tiraba de mí hacia la luz.
Lo que hubiese sido mi final,
se convirtió en un renacer a la vida.
Y dando gracias desde ese día
cambió mi filosofía.