No te quería querer con tus heridas aún abiertas
Heridas de un pasado empolvado, viejo y empedrado
No quería que me quisieras con las yagas aun sangrantes
Yagas que me dejaron un ardiente amor vagante
Y por no querer me quede queriendo
Y por no esperar el preciso momento
Me esperas todas las tardes al viento
Y a tu lado un amor que te dejo el tiempo
Y solo culpo al destino silencioso enemigo
Y lo culpo por su imposibilidad de defenderse conmigo
Y lo culpo por culpar a alguien y apaciguarme el alma
Y lo culpo para tenerle una razón al pobre corazón
Sí ¡pobre corazón! Se ha quedado sin razones
Se construyó una muralla impenetrable de amores
Donde nadie le ve nadie conoce sus primores
Nadie sabe que por un mal de amores las heridas se cose.
Flor Hdez. México.