No puede ser la poesía este plato vacío
estos dientes de silencio tiritando
No debería la poesía aparecerse desnuda
Y hablarme asi, lánguida
comiéndose a si misma
Dale un vaso de leche
Mirala esta piel y huesos, pobre
amarillenta y con esta anemia
Tapale el viento, la desnudez
No debe la poesía mostrar
su color amargo
el rostro de olvido
o no debería yo.