Hoy, mi corazón se a bañado en la tristeza profunda,
en la hiel amarga,
donde el dolor fecunda
una tristeza que se alarga.
Hoy, me ha llegado la noticia de que haz fallecido,
mi buen amigo,
y yo no he podido
estar contigo.
Haz caído de la vida
como se cae la hoja
cuando ha sido desprendida,
como cuando alguien la arroja.
Conociste la esperanza que Cristo nos prometió,
la resurrección de entre lo muertos;
como semillas de huertos,
que con lluvia germinó.
Espero volver a verte cuando llegue el Paraíso,
cuando seas resucitado;
Por que Jah, así lo quiso;
mi amigo...nunca olvidado.
Autor: Bernardo Arzate Benítez