Somos la quinta columna infiltrada,
en un mundo aparentemente satisfecho,
en el que cada uno aunque maltrecho,
se siente un héroe contra la nada.
Todos quieren superar a su vecino,
tener la mejor casa, aparentar menos años,
pero la edad no perdona e inflige grandes daños,
no hay quien pueda leer el destino.
Se nos olvida mirar el retrato,
aquel que desde la mesita te mira,
!Cuanta ilusión en la mirada!
Yo a la dictadura del tiempo no acato,
y me rebélo contra la edad con ira,
y la palabra es mi mejor aliada.