luno

a entresijo entrecortado

A entresijo entrecortado 

quedó reducido el deseo

superfluo que concedió 

aquel genio inmaduro

que salió presto adormecido

de la lámpara abollada.

 

Cínico despertar del hombre

falso en su guarida dorada

que aún se aferra al amor

de un dios afeminado

prometedor de paraísos

engendrados de odiosa

avaricia tapizada de gula

y vestido de rabo y cuernos

en temporada de descuentos.

 

Renqueante pisar del trol

por murallas henchidas

de hiel, moco y huesos

cuando el reino de fuego

cayó en manos y patas

de seres muertos aumentados

a autosuficientes por simples

en la noche en la que el sol

lucía por total desfachatez

intransigente de sombras

dentro de giros poéticos

recirculados en versos tétricos

comprados al portador

de blancos cestos repletos

de frescos ángeles blancos

recién degollados por ratas

oxidadas de rencor entornado

en rituales enloquecidos 

de tercas escrituras sagradas

ancladas en un pasado peor.

  

Si transijo es por no pelear,

mañana parto el plato de limosna 

pues salto de desidia absoluta

al planeta del desenfreno

sin querer hacer el más mínimo

ruido de dolor de pata en cepo.

 

No tenga usted detalle conmigo,

no suelo acertar con su anhelo

de correspondencia incondicional;

hágame caso sumiso y expulse

de su maleable memoria plana

cualquier atisbo esplendoroso

de este inútil e insulso escrito. 

 

Y todo es para nada aunque hay 

veces que de la nada sale todo 

lo que mi santísima imaginación 

puede dar por novedad inventada. 

 

Termino, ya termino... dormido.

Acabo, así acabo... rendido.