SABIENDO UNA HERIDA EN SU SER.
Viento que vienes calmado,
que haces me mate el dolor,
viendo este roble quebrado
a su mitad y rajado en dos.
Rayo que un día alcanzaras
en el alma de este coloso,
y en tu hacer tan poderoso
pasar por sus ramas lograras.
Conseguiste abrir la herida
que a poco lo hizo morir,
y fué tu fuerza desmedida
la que lo hizo subsistir.
Miraló soltar sus hojas...
¡que fracaso tu incisión!
pues sin duda es sobrevivió;
y mi ser no trae congoja.
¡Viento transporta el eco
dile al cielo vive el roble,
dile a su fuerza se antepone
la firmeza de un ser noble!.
Que como el roble a de haber
tan firme, noble y orgulloso,
quien nunca obre rencoroso
sabiendo una herida en su ser.
SSM. 21-11-16.