Esperanza: ese es el nombre artístico
de la desesperación
y la faceta más orgullosa de la tristeza.
Y quién la viera sin máscaras evitando llorar
para darle un sentido a su ser.
Su sentido real.
Quién pudiera darle un beso en la yaga
sin hacerla sangrar.
Abstraerse de ella es la forma más sencilla para sentirla,
y sin embargo el vacío impide tocarla
cada vez que alguien se pierde.
Y la soledad la acompaña.
Y los sentimientos también,
aunque no como ella quisiera.
Esperanza: sinónimo de la valentía.
Se sostiene sola,
se mantiene fuerte
por miedo a perderse;
y aguanta ausencias de fantasmas
que están ahí.
Y qué miserable que en su ser
no exista la lucha,
que no se pueda convertir en sangre y fuego.
Qué lamentable que solo esté destinada
a soportar lágrimas y sufrimiento,
sueños, anhelos y poesía.
Todos ellos mueren en su piel
sin hacerse realidad,
con una sola como ella que se muere cada día.
Esperanza: constante expirar.