Cenizas de jazmines navideños,
anocheceres de un enero enamorado,
largas noche sin pasión ni sueños
entre las hojas secas del pasado.
Otoño en la sangre y la memoria,
languidez invernal de mis cansancios viejos;
coro angelical que se olvidó del Gloria...
Los azahares se quedaron con vos...
aquella primavera, ya tan lejos...
Rosario 9 de septiembre de 2004