Quiero dedicarte unas palabras sobre mi sentimiento:
las que salen solas, libres, sin estar presas de opinión.
Que refieran a tu vida, la hermosura de tu encuentro,
simples vocablos que solo han de nacer por tu amor.
Necesito estés al tanto que cada día más cerca tengo
tu vida, haciendo juegos de colores con eterna ilusión
mientas el sol y la luna emulan esto que nace dentro
de mi corazón y del tuyo, engendrando nuestra pasión.
Espero entiendas porque no me siento de ti mas ajeno
ya que tu vida es la mía produciéndose una confusión;
dulce mezcla avivando cada uno de los sentidos a pleno
mientras el resto aprecia lo que resulta una revelación.
Por eso tu, mujer, me tienes atado como mortal eterno
siendo la dicha máxima estar al servicio de tu devoción
mientras me alimento feliz con la pureza de lo excelso
agradeciendo ambos por ser frutos de bella Creación.