¿Se habrá dado cuenta? No, no lo creo
que mientras me acariciaba se despedía,
que cuando me miraba fijamente me lo estaba diciendo.
No, para nada, nunca mi alma lo sabía
que cuando me besaba me olvidaba,
que cuando me sonreía era la última alegría,
que cuando me hablaba era el último
recuerdo que entre poco se desmoronaba.
Nunca quiso ella hacerme daño,
eso profesaba sus palabras
pero tampoco se daba cuenta
de la palabra subliminal que rondaba.
Se fue porque quiso,
se fue porque en su corazón tenía otro presentimiento,
se fue y me lo dijo el silencio y la soledad.
Así no más, a las cinco se marchó
con una lágrima bordeando sus ojos
diciéndome que en verdad me quiso.
Que en verdad no puede seguir
puesto que en su corazón hay otro nombre
que hace mucho le conoce.
© D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor.