Las aguas cansinas
Y las olas mansas,
Morían en la playa
Cansadas de andar,
Siente que lo mojan
Están aún tibias,
Como ese verano
Le cuesta…olvidar.
Eran otros tiempos
Y otras circunstancias
El ímpetu joven
De ese viejo ayer,
Se llevó lo lindo
De ese romance
Él un inmaduro
Y ella…dulce Esther.
Probó otros rumbos
Y pateó la vida,
Se fue haciendo grande
En su deambular,
Abrevó en muchos labios
De locos amoríos,
Fue un barco a la deriva
Sin puerto…para anclar.
Los ciclos se fueron
Cumpliendo de a poco,
Y él como una bola
Sin poder parar,
Se le fue blanqueando
Su pelo tan negro,
Ya era un hombre grande
Cansado…de esperar.
Veía a la gente
Con alguien a su lado,
Creando una historia
Para siempre de a dos,
Le dio tanta rabia
Por el tiempo perdido,
Que hasta hubo un momento
En que increpó…a Dios.
Que cosas curiosas
Que tiene el destino,
Cuando ya cansado
Dejó de creer,
Conoció a una dama
Con ternura a raudales,
¿y lo más hermoso?
Se llamaba…Esther.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)