¡Nunca desperté!
de la cuna de tus ojos y los despistes que te creas,
alce mi sueño, le ate tu roce de intimidad,
entre abiertos mis ojos tome partida por un instante,
conociendo que las ojeadas no se confirman.
¡Nunca desperté!
preferí asomarme, a como lucen las rosas juntas,
a como traman los jazmines su conspiración.
preferí aflojar los párpados,
aparecer en las juntas que realizo la lluvia de noviembre.
¡Nunca desperté!
me hice el muerto,
me toco brincar por tus pestañas,
florecí de hecho,
en el sueño de mecer,
el que tu columpiaste primaveras.
Humberto Velasquez Jimenez
25/Noviembre/2016
10:16 a.m.