No se trata de decir la verdad, sino de decir
las mentiras más creíbles.
No se trata de robar por avaricia, sino de
repartir el dinero con más justicia.
No se trata de holgar con más mujeres,
sino de multiplicarte tu mismo, sin dejar
de ser quien eres.
No se trata de hablar sin ton ni son,
sino de decir menos, pero con más corazón.
No se trata de beber toda la noche hasta
caerse, se trata de beber con moderación
hasta que amanece.
No se trata de tragar por tragar, ni de comer
hasta reventar, se trata al mismo tiempo de
no engullir, sino saborear.
No se trata de creer en el más allá, si antes
no se cree en el más acá, no se trata de creer
más allá de la muerte de la que todo se ignora,
se trata de creer en la vida del mundo donde se mora.