Los que no preguntan
por tener premisas de tantos infiernos,
por saberse hastiados,
de tantas preguntas
Los que no responden,
porque en cada pregunta
hallaron las dudas;
de tantas respuestas
de sus tontas preguntas
Los que preguntaron por el amor
y por las ganas de amar
los que dijeron allá está
y los que dijeron ya vendrá
Los que del amor hicieron la vida
y de sus fornicaciones, mejores sesiones
los que hablaron de tantos misterios
los que lloraron por verse negados
Los que sintieron por verse ligados
apuros de vida, de tantos guijarros
apuros de sexos, de tantos cigarros
los que ligados, se quedaron
Los que dudaban de sus vacilaciones
y de sus vacilaciones, mejores tiempos;
los que decían de tantas vacaciones,
amores guijarros, amores del viento
Los que de decepción hacían apología
los que de soledad tantas melancolías
los que miraban de tanto reojo
a los amantes de perro,
a los amantes del piojo
Los que, en la barriga, tontas culebras
y de la misma, sólo miraban intrigas;
las del tálamo insaciable
por tantas culebras,
en sus años de piñas
¡Los que palpan succiones
y succionan preguntas
en varias secciones
de miles de surcos
de pocas opciones!
¡Las que miran atentas
a la cabeza de aquellos
que desde abajo, sus senos, les miran;
su lengua marchita y su piel de canela
su epitelio doncella, y su vida finita!
Los que se comen a besos,
y los que luego vomitan;
los que se dicen al oído
cuánto se excitan
Los que del amor ya no dicen vida
ni de la vida, pasajeros.
Las que, con su mano, atienden su surco,
y ellos; con la propia, su vena.
Por saberse marchitos
de tantas arrugas
por saberse rellenas
de pocas miserias
Los que, del estandarte, convicciones
y de títulos, masturbaciones;
por pocas vergüenzas
de tanta indecencia;
por tantas miradas
de poca experiencia
¡Dónde estás,
dónde quedaron tus manos de andar;
dónde, tus ganas de estar;
dónde, su sexo de untar!
Cielo que liba licores,
y de sus residuos, estrellas
Infierno que pare promesas
y de sus gabazos, querellas
¡Dónde estás,
dónde quedaron tus manos de andar;
tus gatos rellenos,
tus perros rabiosos,
de tanto pensar!
Mares de vida, señores;
señoras, vida de amores mejores;
¡Dónde, tus pies pusilánimes;
siempre, sentidos de amores!
¿Sexos de tantas preguntas?,
señoras, señores, qué peones.
¡Dónde sus sexos seniles;
quiénes, sus proyectiles!
Experiencias de vida en respuestas
a cambio de ninguna pregunta.
Los que miran con celo su presa,
miserias, hambrunas, minutas
Las que gozan con el banano sin tinta
con tal que les pinte la boca.
Las que con su índice y su medio,
hacen sesiones de loca
Los rateros de tantas premuras
y pocas desolaciones
que terminan, al final devolviendo,
las calificaciones de sus propias lecciones
Al final todos quedan en vida
y sus infiernos, mejores nociones;
por saber, que en vez de preguntas;
respuestas, prisiones o acciones
Qué se mezclen nuestros cuerpos,
menudas premoniciones;
que la dicha de nuestros sexos,
en lo instantáneo de nuestras cesiones
Preguntas con nulo resuelto;
porciones de abrazos conciertos,
te imagino, pensando y riendo;
¡Ay Trovador, cabrón, chiquillo,
sin viento, caliente,
riendo, sediento!
¡Cholita, bonita y callada;
acciones por pensamiento;
callada, Cholita, te reto
a que te quedes sentada,
sin veto y mojada!
¡Qué te mire la dicha de rosas
y de tus muertes, tus relaciones;
qué te sientas la niña de lienzos,
para eludir tus campamentos!
Te drogan las coplas de tintas,
no me atañen tus años de chica.
Te digo, lo intuyo mujer:
son armas de prosa, de liras;
la chica, su vida y sus pintas
¡Un beso, Chiqueta de Dulce
un dulce, Chiqueta, un beso;
un cielo te mire despacio
a cambio de infiernos,
de exceso y besos!