La noche cubierta de un rojo bermejo, esparce vapores atroces de un alma muerta en su reflejo.
Mi alma inconclusa nadie la hallará de su convicción ahora es fiel reclusa, la luna sola es su testigo y el valle entero es la sepultura de un mundo que a cada hora es un vértigo.
La piel camaleónica, otrora ébano ,ahora es blanca como los sueños y un rey vestido de oro asoma por el llano a una eterna batalla que a los hombre les puso el tiempo.