Eres el recuerdo de una eternidad
que en pensamientos nunca se hizo
presente,
una lluvia de anhelos
inexistentes,
el límite de lo indefinido
y ausente.
Eso eres.
El vacío de un fantasma
sin espíritu,
el defecto de la belleza,
y la sangre que no brota
pero duele.
La calma que no duerme,
esa que simplemente
reposa;
en imaginarias realidades
tediosas,
que endebles libertades
contienen.
Cadena que entrelaza los suspiros
que al viento no alcanzan a afectar,
aire acumulado en los oídos
de quien no quiere escuchar.
Imagen de la nada
que todo significa,
ruego por el orgullo
a desdeñar.
Todo lo que todos
quieren,
aquello que nadie añora
ya.