Nadie sabe de donde viene
Si de las noches enteras
o dioses flotando estrépitos andando
desde las gaviotas hasta el ruiseñor canta
desde la alondra
hasta el cruel cementerio lleno de espinas
y encima una rosa
que se aflige
hasta hacer llorar
a los ecos
la zona bombardeada
de auroras llamadas
olas de racimos
y andar agonías
por cosas del destino
que asoman
hasta el infinito mar
desplegando cenizas y blásfemando lírios.