Acaparas
la luz de mi estrella
con alas de seda,
vas y vienes
a besar mi corazón,
y en un bosque de rosas
se vence el invierno
ante unos brazos que dan su calor.
Donde una senda de luciérnagas
luminosas,
acechadoras de risa y llanto
van serenas
empapando el escarchado rocío
que congela el nido interior.
Inspirada amanecida,
reserva de las palabras
su sustancia y calor,
traigo envuelta en las yemas
con lana fría mi alma
y el sonido frágil
de un hilo de voz.
Acurrucada
en un destello
de tus ojos,
se siente abrigo y calor.
27-11-2016