En un día fresco como este cuando la brisa trae la fragancia de las flores, y se respira la humedad de la tierra, a causa de una copiosa lluvia la noche anterior, en aquella hermosa madrugada se escuchaba el trinar de los pájaros cantores anunciando la llegada de la vida, cuando arribaba la bella Annette, joven parturienta a la clínica de maternidad al frente de la montaña verde, a eso de las 6 de la mañana traída por su amante esposo. Ambos felices emocionados, el día tan esperado había llegado, la princesa anhelada estaba a punto de aparecer a la luz, triunfante, espabilada, sana, hermosa en armonía perfecta con la naturaleza, a traer alegrías plenas a toda la familia.
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La césarea estaba pautada con antelación para ese día 27 de Noviembre a las 9 de la mañana y se aprestaban con júbilo al feliz acontecimiento, los abuelos, tíos, madrina, y hasta la tía Jazmin desde el Norte había llegado para asistir la de acompañante en el quirófano, y así todos reunidos en el salón de espera, la madre un poco nerviosa, encomendaba a Dios las manos del cirujano para que todo saliera bien, en breve se produciría el nacimiento del segundo vástago, el primero había sido Aniel un varón guapo e inteligente, quien tuvo serias dificultades en su nacimiento, y ahora vendría tres años mas tarde, una hembra, cuyo nombre recordaría la natividad, por lo que la familia esperaba con ansiedad y reunidos oraban al altísimo creador.
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De eso hace justamente nueve años, a pocos días de la entrada de las pascuas navideñas, que se inician en este país el 18 de Noviembre (con la celebración del Día de la Chinita, Virgen de Chinquínquira patrona de los Zulianos) y se preparan los alegres festejos de la Navidad, aquel año había sido aún más especial, y se agradecería a Dios por el regalo, desde entonces cada año se celebra la fecha aniversaria con el árbolito de luces de colores, y un cálido festejo en el hogar para homenajear la llegada de la niña, la mimada, y consentida Natalié princesa del cálido hogar, por lo cual se invitaba a la familia, a los amigos allegados, los vecinos, algunos compañeros del colegio y se organizaba la fiesta con mucha alegría y contento, se obsequiaba un rico pastel, bien decorado con algún motivo especial, había bocadillos, golosinas, comida, regalos, piñatas, payasos y un sin fin de sorpresas para halagar y complacer el gusto de la pequeña lucecita.
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Esta vez, se preparaba una sencilla piscina da en la alberca ubicada en los espacios de recreación del selecto condominio de apartamentos donde vivían, con áreas para juegos, kioskos, parrilleras y mas, para compartir con los invitados, sus padres por así decirlo, botaban la casa por la ventana, (expresión del argot popular) para expresar que no se escatima en gastos para ese día. Y lo que más gustaba a la princesa eran los numerosos regalos, ella misma se preocupaba por recordar a los invitados no olvidar traer su regalo, e inclusive informaba con anticipación las cosas que quería recibir, y así ella se aseguraba que nada faltaría en su lista de ilusión.
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La princesa de la casa, ansiaba llegase el día, pues entre otras cosas se convertía en reina de la casa por un día, ya que era costumbre que el cumpleañeros ese día daba las órdenes en el hogar y era un momento perfecto para ordenar a su hermano mayor Aniel, quien humildemente obedecía todos sus caprichos, porque mucho la amaba, ella era para el su gran regalo de amor, pues tener una hermanita le significó que ya no estaría solo y tendría con quien jugar y a ratos pelear.
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Se tomaban fotos para el recuerdo, se cantaba a coro con los invitados el tema del _Cumpleaños Feliz_, vendrían aplausos, besos, y abrazos, y ella lucía resplandeciente feliz, satisfecha y complacida de recibir tanto amor. Al día siguiente disfrutaba mucho el ritual de abrir los regalos, los cuales debían estar muy bien empaquetados, envueltos en papel decorado y lindos lazos de colores, porque sino, ella no los consideraba regalos. En una ocasión devolvió un regalo de la abuela Rebeca, con la recomendación de traerlo de nuevo pero bien envuelto.
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En fin, era un día excelente, para disfrutar y recordar siempre, donde la alegría, la buena música, las risas, correrías de los pequeños, hacían el deleite de los presentes, y donde su orgulloso padre, feliz como ninguno y atento a todos los detalles, fungía como excelente anfitrión, obsequiando el mejor whisky de etiqueta, o un vino añejo, a sus invitados, quienes nunca perdían la agradable ocasión de asistir a la concurrida y anual celebración.
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Dedicamos este cuento a todos los hogares bendecidos por Dios con una o mas princesas y se constituyen en alegría y felicidad, para sus orgullosos padres y resultan de motivación para luchar con pasión en la vida y proveerles con responsabilidad todas sus necesidades y más, darles una buena educación, e ir formando familias provistas de valores morales, humanos, de unión, de convivencia, de respeto y armonía familiar. Felicitaciones para esos padres de amor que con abnegación cuidan de sus hijos cada día, aman a sus esposas, y les son fieles compañeros de por vida.
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Este año no habría tanto esplendor como años anteriores, porque acontecían tiempos difíciles a causa de la revolución que había implantado una dictadura comunista que gobernaba el país y se hacía cuesta arriba obtener los productos de la dieta básica y demás exquisiteces, esta vez serían muy costosas, pero aún así, el amor todo lo puede, y Dios provee, la princesa tendría su acostumbrada fiesta en celebración de su cumpleaños.
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Y a partir de allí ya Natalié que era una hermosa niña con largos cabellos castaños y ojazos negros, pero sobre todo era una buena hija, obediente, inteligente, aplicada, con el radiante espíritu vivaz de la primavera, y coqueta por naturaleza, que gustaba cantar y bailar, estaría comenzando a sacar cuenta de cuanto tiempo faltaría para su próximo cumpleaños, y colorín colorado este cuento se ha terminado, y pronto vendré con otro tan alegre como este.
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Espero haya sido de su agrado, y sobre todo porque lo escribió su orgullosa abuela llena de amor, con intención de dárselo como regalo para el recuerdo.
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Raquelinamor/
Venezuela 2016Í