Escritas se quedaron las palabras
que ayer dibujaban un camino.
Guardadas permanecerán las cartas
sin conocer cuál era su destino.
La pluma es la única testigo
de todo lo que pudo haber sido.
Sólo el papel comparte conmigo
lo grandioso que fue lo no vivido.
Tal vez fue lo largo de la espera
o lo intenso de mis arrebatos,
lo que provocó que hoy desistiera
de saber qué piensas de mi relato.
Solo mía será nuestra historia;
tantos lugares y largos encuentros.
¡Ven a refugiarte en mi memoria!
Hazme creer que lo ficticio fue cierto.