Ayer dijo la breve golondrina,
En su triste canción, que la olvidara.
Yo estaba entre los dedos de un gorrión;
Su pico entre mis plumas,
Mi pecho entre sus alas.
Yo le dije adiós, adiós le dije.
Pues ella adivinó que me marchaba.
Murmuré mi adiós entre los labios;
Ella lo recibió porque me amaba.
Hoy sin embargo el sol sigue brillando…
La luna se refleja,
El cielo se despeja…
Llueve de cuando en cuando;
Y mientras tanto yo, que la quise algún día,
Con muda cobardía hoy estoy amando.
Y mientras tanto yo, que tanto quise,
Que tanto di de mí y que tanto dije,
He dejado partir del Sur volando,
Al pajarillo aquel que en llanto aflige.
Y que hoy, tonto de mí, voy olvidando.
Que hoy, tonto de mí, estoy dejando,
Volar al cielo azul lejos del nido,
De mi latido triste y solitario.
Vuela alto, golondrina, vuela lejos,
Quédate batiendo al cielo tus dos alas,
No vuelvas a mí en amores viejos,
Sumérgete entre nubes australianas.