Esperaba la luna llena, siempre la espero,
para verla radiante, hermosa, cálida,
bella, pícara y sugerente.
Me asomo a mi ventana para contemplarla
pero en esta ocasión, qué desilusión,
la noto fría, gris, como muy distante,
oculta entre un tupido velo de nubes,
no la reconozco, ¿es esa mi luna?
Un negro nubarrón la oculta de repente,
por más que espero no reaparece.
Oh, mi luna querida, mi luna radiante,
cómplice de mis confidencias, mi musa,
tú que iluminabas mi noche,
¿dónde estás, mi querida luna?