Verde erial y silvestres horas
yo te vi en las torres de mis ojos
en días gemelos,
en los montes agrestes
torciendo el idioma
y así nació
se aclaró el cielo y se liberó la noche
y la piel se llenó de estrellas
y una constelación destapo el delirio.
Amo el mar como se ama sin medida
y en él te invento, te hago afán y azul,
infinito topacio en mis manos,
en la brisa que se lleva las agonías
y las nubes que ya no serán oscuras.
Te dibujo y te visto de cábalas
para esconder el secreto
y la fuente de la belleza,
para que no te lleven con los ojos
ni te conjuren con promesas .
-Corazón que atrapas mi desnuda verdad!
Yo reservo el impulso y el instinto
Y como el rocío también vivo el milagro
en las noches para cuando seas una cara
Y yo sea tu remanso de luna.
Carlos Brid
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