Ya no hay más mausoleos,
sólo un precioso museo,
en sus hangares solo habita el arte
cada una repleta de detalles,
pues tu eres ese museo tan exquisito
que me hace imaginar lo glorioso.
En tu cuerpo encuentro lo celestial,
tu belleza es digna de un pedestal,
adorarla por la eternidad,
con ritos de amor y bondad,
cada acción llena de mi verdad.
La esencia que emanas a la distancia,
me hace creer en mis sueños de infancia,
donde tenía a la mujer más hermosa del orbe,
y vivía infinitamente deleitándome con su nombre,
creando universos nuevos,
sin reproches ni defectos, solo amor completo.
No existe la perfección dicen los viejos,
es más de disfrutar los errores para salir de ellos,
encontrar la fórmula para las perezas,
llenando los corazones de palabras amorosas,
para entre tú y yo, ser siempre dos.
Ahora que escuchas la grandeza de tu divinidad,
quiero que entiendas que soy tu mayor complejidad,
si, dificultad, pero preparada para amar,
y encontrar en el camino la felicidad,
con la pureza de tu alma y mi tempestad,
en el fondo de nuestro ser pasar de dos a unidad.