Ando por una calle oscura,
estrecha y con olor a ciénaga,
llena de piedras y ventanas negras.
Apenas veo y palpo la pared.
Sé que no volveré a ver la estela,
del amor que se fue sin un sentido.
En una traición se llevo mi corazón
y amparado en el rigor de la promesa,
que Dios me entretegió como destino.
El amor es un ladrón me dijístes una vez,
roba todos los sentimientos de una persona,
ahora sabes que ya no tengo vida...
que ya no tengo corazón,
para poder sentir otro amor.
Mi vida es una elegía,
me quede sin razón.
Ahora miro el abismo
y en la sombra resuenan tus palabras
el amor es un ladrón...
te roba hasta la razón.
P.M Pedro Monroy