Somos ciclos de la vida, unos perduran por años, otros pasajeros en el tiempo y del tiempo, como la vida misma... somos ciclos en los ciclos de otros, así, dejamos huellas o simplemente como una hojita seca al son del viento nos vamos. Duele cerrarlos, pero mientras la razón decide y el alma llora, se comprende que es necesario, mas aún cuando hay situaciones que no podemos cambiar, cuando la vida susurra en nuestro oído que el nido que ocupamos necesita de otras aves que con sus nuevos cánticos y alegres colores permitan en el otro ser felicidad con libertad, no quedando mas que decir que no sea...
Adiós
Para donde irán los sueños sembrados,
las palabras dichas, los deseos liberados...
la esencia briosa que se revela al olvido,
el mundo irracional que hemos formado,
en qué lugar buscarán dormitar,
hasta que cansados de esperar perezcan,
en un adiós que no quiere ser pronunciado.
Quien consolará la agónica partida,
quién calmará el llanto derramado?
de este sentir del que no somos conscientes ,
pero que presente está aunque camuflado,
escondido entre la dureza de quien las riendas lleva,
y en quien tanto se deseó siguiera mis pasos.
Buscarán un seguro rincón, un lugar blindado...
allí, donde tatúan el alma para no ser olvidados,
porque como lienzo es nuestra vida,
donde todos vamos pintando...
unos con más fuerza, otros un débil trazo.
finalmente, por todo aquel que nos despierta,
ilusión, amor, deseo o encanto,
también por los que con engaño nos dejan
traición, dolor, y llanto...
y no es esto escrito mas que un pensamiento mío,
que se inspira en el sentir humano,
en el que todos vamos al anhelado cielo
al sentir que la felicidad acariciamos,
o en el que tristemente con pena honda,
al infierno sentimos que nos vamos...
Marlene Carrillo Vela