Llevo diecinueve años viviendo en lo difícil
y un día más pensando en lo imposible.
Llevo conmigo la nostalgia de mi madre,
las lágrimas de mi abuela,
los consejos de mi padre,
y las musas de mi viejo más viejo.
Llevo conmigo el canto, el curro,
las besanas del mes de mayo,
la atención a cuidarme para cuidar,
la alegría de mi infancia;
las risas y las sonrisas,
los miedos, el ahínco, el deseo,
la libertad de llevarme sin llevar.
Llevo conmigo el amor que conquisté
y el que me regalaron,
las preguntas que hacía y las respuestas
que nunca di.