A veces un no pronunciado
en labios necios
niega la verdad silenciosamente
sonora escrita en la mirada.
***
La confusión se establece
entre mi realidad y la tuya,
entre la realidad de uno mismo.
***
Mi alma se oculta tras mi rostro,
pero mi rostro no dice nada.
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Ella late cuando tu voz la nombra,
cuando tus ojos la miran,
late con solo ver la perfecta sonrisa
de una ilusión,
ese sueño que traigo desde lejos,
donde empecé a pensar que quizá
los sueños no siempre son sueños.
***
Siento que por momentos caigo.
***
Déjame volar de nuevo fuera
de este abismo que no me deja ser.
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Déjame probar de tus alas
para saber dónde mi libertad bate
el aire escondido en tus labios.
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Déjame volver a ser
si solo soy cuando te tengo
entre mis brazos.
***
Déjame solo ahora quererte
como se rige en lo inefable,
lo prohibido.
***
Tanto dolor batiente se duerme
sobre esta herida
que por saber no sé
si el dolor es mi llanto
o la necesidad por oír tu risa.
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Pero quiero volver a oírte
hoy y siempre.
***
Ríete que en tu risa se agita mi corazón
como un viento que en su paso
se lleva mis palabras
y retumba en mi silencio.
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Ríete que en tu risa vi despertar mi vida,
que por ella perdí el miedo a la soledad
porque si te veo sin llegar a verte
y desde lejos,
en mi boca se asoma el reflejo
de tu alegría, de tu presencia.
***
Fue efímero el roce de nuestras manos
aunque eterno el amor que me acecha
desde ahora y siempre, desde lejos.
***
Cada caricia, esa caricia infinita
con la que recorro tu cuerpo
notándose el miedo de llegar a tocarte,
es un constante vicio
en el que me encanta perderme.
***
Morena de piel y ojos como la tierra
en la que descansan mis esperanzas,
aquella en la que entierro hasta
el último aliento
que ya ni aliento me queda
de tanto deseo.
***
Tanto amor me devana por dentro
que por amar amo hasta tu odio.
***
Pero hoy quiero que te rías,
morena, necia, amiga del no a todas horas.
***
Ríete que tu risa me sostiene
y mi vida no es vida si su latir se detiene.