Cuando la vorágine se vuelve el mayor enemigo, cuando las lágrimas hacen surcos, cuando los hombros no aguantan, cuando las piernas se destabilizan, cuando la almohada se transforma en un confidente, cuando la sonrisa se vuelve la careta habitual. Cuando por un segundo cuestionamos los porqué de la existencia...
En algun momento, casi derrapando en lo más profundo, como en un paso antes del accidente, como en un segundo antes del estallido, logramos visionar algo fuera de lo apreciado. Alguien sonríe, alguien te abraza con una mirada, alguien te llena de caricias el alma. Nunca lo habias notado, pero era el instante exacto para hacerte recordar que hay un propósito más allá, que puede ser héroe el que vence como el que sucumbe, pero nunca el que abandona. Y si te levantaste en eso te convertiste, en el insigne de tu vida.