Llegaste a mi vida mi querida nieta, en el momento,
más doloroso de mi vida… casi terminando la aurora,
calmando mi ser, dándome esperanzas a mi vivir,
gracias a ti ese 11 de enero, logre calmar mis pesares,
mi dolor, mis angustias… Llegaste en el momento preciso.
Mi primera nieta… venias como la luz caída del cielo
Iluminando nuestras vidas… Tan bella y tierna,
toda una princesa… Que hermoso recibir de tus manitas,
delicadas, tan tiernas caricias.
Todo de ti es dulzura, un amor vestido de esperanzas,
aún recuerdo tus primeros pasos,
como si dijeras… “te necesito”,
de ti siempre los besos más deseados.
Siento una lluvia de sentimientos, que gota a gota,
mojan mi ser, de admiración y alegrías,
eres como la tonada, de una bella canción,
de la vida, que con su sonido me abriga,
eres el palpitar de mi corazón.
Te amé desde el primer día, desde que estabas,
el vientre de tu madre, te amo desde siempre,
tanto tiempo te esperé, como las flores,
esperan la primavera… Han pasado los años.
Hoy en día una bella y hermosa mujer,
casi ya a tus 17 años, sorprendido en verte crecer,
hoy te abrazo feliz, lleno de alegría,
sentado en mi mesa, escribiendo este poema,
con inmensas ganas de volverte a ver.
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