un día desvelado por la pasión y el va y ven de tus caderas, me di cuenta que necesitaba de ti a mi lado, más no estabas.
Desesperado decidí combinar mis lágrimas, mi deseo y mis agonias en un altar, alternandolo con una pizca de pasión, unas onzas de desesperación y todo los lingotes de amor puro... mágicamente un efecto; un deslumbre frente a mis ojos... apareciste tú y regresaste junto a mi.
Lamentablemente era alquimia...el sacrificio fue perder mis brazos, mis ojos, mis mente; te tengo aquí tan fría y necesitas de un abrazo y yo no puedo ni pensar en como alegrar tus dias.
ni abrazarte porque tu indiferencia amputa mis intenciones.
menos verte, pues, ya no me deja tu orgullo apreciar tu rostro perfecto.
El cambio fue justo a la emoción de un alquimista pero no a lo que anelaba mi corazón.