No he hallado la forma de encontrarte,
a pesar de haber andado por mil caminos,
han sido tantos surcos sobre la arena,
y marcada huella sobre la arcilla,
que mi paso ha sembrado rosas,
y con ellas las cien espinas.
Me pregunto,
si he de cruzar montañas,
y nadar entre las muchas tierras,
o volar hasta cumbres lejanas,
para abrigar mi esperanza,
y así doblegar calladas penas.
Me pregunto,
si algún día te sentarás frente a mi mesa,
y si acaso veré a tu lado,
caer la lluvia fresca,
para beber de su rocío,
y también de su nobleza.
Me pregunto, si tus labios,
algún día pronunciarán mi nombre,
y yo sentado frente a tus ojos,
te amaré como ya te Amo,
como suelo Amarte,
aún,
sin conocerte.