Arsenio Uscanga

Te dejaré una postal.

Te dejaré una postal... Por cada día que pasé a tu lado, por el pasado, el presente y el inminente futuro, aunque ahora mismo se encuentre acalambrado por las procelosas aguas de la incertidumbre, cómo esta playa en la que te bese, y nos descubrimos humanos, te dejaré una postal.
Caminaré cada día a los sitios que compartimos e inmortalicé en mi vida, reseñando con detalle mi presente y el amor que aún tengo.


Y antes de sentarme a esperar, el momento perfecto para capturarlo en mi mente y describirte cómo dibujé en mis inflexiones, decido tirarme en la arena como lo hice contigo, sumergir mis manos en ella y sentir que renacen mis sentidos, como aquella tarde que compartimos frente al mar. Hubo que caminar tantas cuadras, con los almendros borrachos de sol, con sus hojas desmayadas tapizando de recuerdos infinitos la Alameda, y de pronto, el caminar abrazados, los besos robados, y decir de a golpe y sin esperarlo: \"Te amo\" y rematar en los labios, cuál si bastara un beso para decir \"Yo también.\" Sé que te amo más que en esos días perfectos, aunque acá el día se torne gris y las ráfagas del viento siembren a raudales, dudas inquisidoras.
Te dejaré una postal, para que entiendas que amo cuando sonríes, cuando te encuentras molesta, cuando te muerdes los labios por la ansiedad que despierta un reto improvisado, y verte triunfante después.
Te amo como aquel día que decidimos compartir nuestras vidas, y construirnos de a poco el amor que merecemos, un día a la vez, paso a pasito, y viceversa.
Y no quiero apurarte más, así que dejaré que todo fluya a tu tiempo, agradeciendo que a la distancia, me ayudaste a reencontrarme, y sentirme más humano, de nuevo.


Solo quiero decirte que jamás fue mi intención esto que nos sucede, y que si sigo aquí es por lo mucho que te amo.
Gracias por ser la persona que me ha enseñado a mostrarme vulnerable, que me ha enseñado a confiar y amar, por motivarme continuamente, no puedo hacer más que amarte.
Así que, te dejaré una postal... Por si decides que es tiempo de despedirse, de los tiempos malos y sus secuelas, del dolor y sus esquelas, inclusive de nosotros.