Por Alberto JIMÉNEZ URE
Mi madre
Me ha contado [que]
Aprendí [a] escribir y leer
A [la] temprana edad
De cinco años, entre mis
Sesenta y cuatro vividos.
Ya durante la ancianidad,
Suelo «contender» a causa
De ciertas normas dictadas
Por una venerable, «Real»,
Y Correspondiente Academia
De la Lengua Española Nuestra.
En el curso de mi existencia, [ella]
Nunca satisfaría mi necesidad
De podar el espeso matorral
[Plagado de abrojos, espigas,
Plántulas espinosas y antrópodos]
De un idioma innecesariamente
Complejo: por la rigidez de su sintaxis,
Significantes, fonética, formas dialectales.
[Yo] Nunca jugaba
Al modo como lo hacían
Casi todos los infantes
De la realidad y tiempo
que experimenté.
Sólo quise
Leer y escribir.
Y: lo haré hasta
Cuando sea escindido
Testigo de tanta barbarie.
No irrumpí en este mundo
Previo consentimiento.