2013 12 08
Para poder escribirte en condiciones
un guiño de tus ojos basta;
resbalar tu mano en mi espalda
irradiando con la punta de tus dedos la
fuerza que me haga perder el norte.
Irresistible locura pasajera
con fecha de caducidad tatuada,
adormecida entre los pliegues
cansinos y solitarios de mis sábanas
incendiarias, de una pasión que no
ocupa sus rincones, atrofiada por la
necedad de un sino escrito hace mucho tiempo.