Déjame probar de tus labios, candente pasión vuelta locura,
Estremece con forajida emergencia, que haga recorrerme
Entre las comisuras de tus labios para asi saciarme,
Corromperlos con el aliento que sucumbe y perdura.
Suaves son tus brazos al estrecharme a tu cuerpo,
Tus manos logren recorren mis curvas con desenfreno,
Estrujandolos los míos y los tuyos en jadeante deseo
De hacer prender nuestra pieles al ardiente caldeo.
Alborotas mis ganas con tu lengua al hacer recorridos,
Que gimientes tocan mis puntos \"g\"... cuan fuerte
Estribillo a las sensaciones pecaminosas de frotar
Tu candente boca en botones sinuosos tacto endurecidos.
Tus dedos estrechan mis carnes, calientes y palpables,
Erizas las ganas de amarte y placidamente en tu boca
Que entre mordiqueos provoca la sensación gratificante.
Arrebatas con delicadeza el trayecto hacia mi vientre,
Tan placido recorres sobre mi flor delicada que apenas
Se vierte con tenaz delicia, abrojando en suspiros.
Un deseo en desquiebre que nuestras miradas al encontrarse
Hablan por si solas y los besos parecen nada al acto sumido,
Siendo nuestro cuerpo piden brío de volverse foragido,
Tomándome y haciéndote dueño de mis ansias de amarte.
El deseo se vuelve palpable al encontrarnos en cadencia
De entrar y cohibir el desenfreno que quema la piel y alborota
Los sentidos al extremo, que hacen sudar los al desenfreno
En extremo del coíto perpetuo ante la mecida apetencia.
Me llevas a cielo, siendo tan complaciente al saciar,
Suspiros de mi alma y la tuya se juntan para expresar
Ese deleite inaudito, que forrados con nuestra ser cuan
Carne, deseo y placer... saciandonos cuando hacemos el amor.