Rafael Parra Barrios

Alfonso y su presencia...

 

La tierra cubre tu cuerpo,

y el cielo abraza tu alma.

El sol llora el adiós 

y la luna guía tu asunción,

pues, tomaste el equipaje 

y volaste hasta Dios.

 

Lloramos tu viaje

y gemimos

ante el lúgubre pasaje.

Al final, sosegados 

por la ida del cuñado,

entendimos que seguías 

a nuestro  lado.

 

Gracias por tu ingenio 

y por tu legado,

querido hermano.