Siento tu alma como agoniza de dolor, como la tristeza acaba lentamente con esta, tu corazón encerrado, prisionero, y alejado de tus ideales.
Tu bella musa, espero serte de ayuda puesto que en mi vida eres marquesa,
Duele demasiado cada lagrima que sale de tu ser, aveces pienso en Dios, y me pregunto
¿Cómo permite el, que un ser tan dulce. Tierno, bello y maravilloso sufra?
No se el pero yo no permitiría tan desgarrador acto.
Ay! corazón prisionero, eres como el fuego, enigmático y atractivo al tiempo.
Si fuese Dios llenaría cada mañana tus ventanas de bellas flores, ya sean orquídeas con sus estipulantes y bilaterales formas como también las famosas hojas asiaticas y perennes de la hortensia. Corazón de fuego, lágrimas de sangre, quiero que seas libre.