En esta habitación de mariposas
cuadraplegicas, en donde la andariega
voluntad de un lobo estepario se funde ante
la marcada letra de un poema, en esta
habitación de las luciérnagas de humo, y
de las bocas olvidadas en esa arena
inevitable que es la sabana, yerta mi mano
maneja la helades de la mansalva
y la sabana, una helades involuntaria, que salpica
mis pulmones y los contrae en un movimiento
que al final me llenara de olvido, de amnesia, de
abandono por mi mismo.
Escondidas las amapolas cuidaran su
horario nocturno, en esta mente que es la nada
y estos dedos que hoy lo son todo, prefiero
esa amapola raptandome el suspiro, y no el
trazo de tu piel trayendome el recuerdo.