El río cuando suena
no solo piedras trae.
A veces llora una historia
que no a todos nos gustase.
En la orilla puede yacer,
evento que no será impreso,
solo los valientes que se animen
a beber el amargo riesgo.
Sólo ellas, ajenas y oprimidas
suscitan el dolor;
siempre fuertes reinas
que entienden de amor.
Al dar vida se ramifican,
sienten dos vidas.
Alma duales y románticas
se quedan mudos ante esta maravilla.
¿Quién te comprende?
Solo una como tú.
¿Quién cargará tu cría?
Este tenue mundo.
Ningún cristal sentirá tal empatía
como para poder entender,
llevaste en el vientre
para luego sufrir y perder.
Canto a los árboles y a la vida
por un minuto de paz,
susurro al viento,
por tu alma en libertad.
Jurgen Fernández
Derechos Reservados