EN TU REGRESO
Mi vida quiere que tu amor reponga
esa tristeza que me dió tu adiós;
quiero que cambies mi dolor por algo
que no me tenga enfermo el corazón.
Quiero que tú como una madre buena
riegues de besos mi sendero estrecho
para que en mí se desvanezca el llanto
y nos miremos con amor eterno.
Tus ojos negros de mirada en calma,
tus labios puros de escarlata ardientes;
tu rostro humilde, tus cabellos rubios...
todo esto el alma aprisionarme quiere.
Más no me importa que tu amor detenga
como una esclava y prisionera mi alma,
porque mi vida con tu vida espera
tener la dicha que el dolor no mata.
Si sólo quiero que tu vida entera
duerma al arrullo de mi amor tranquila;
y la esperanza que tu pecho abrigue
también se abrigue con el alma mía.
Quiero sentir el corazón que llevas
aprisionar en tu dormido pecho
latir en mí para infundir un poco
de la ternura que por tí yo siento.