Sendas rotas, doncella.
No recojas más las flores, que hoy
son de piedra.
Polvo muerto, soldado.
Tira tu espada a la tierra, que hoy
no corta, quema.
Que hoy el cielo negro,
es verdugo que cae y encumbre la bondad,
en los débiles.
Hoy es eterno fuego que glorifica la avaricia,
en los fuertes.
Hoy los pájaros no hacen ruido,
hasta que caen y espantan al labriego.
Hoy no pican sino truenan,
y siembran de tumbas el centeno.
Daniel Cifo