Dime que no lo sientes,
que no te dueles,
Que no te llenas de vacíos en el vientre,
dime que no lo sientes,
que no sientes esas náuseas de querer volver el alma por la boca,
que al igual que yo, no pasas tardes amargas,
y que de ese hermoso corazón no brota alguna lagrima,
que las penas no te revolotean
como pájaros negros en la garganta,
y te la atascan de impotencia de lunes a viernes,
dime que no lo sientes,
que el dolor no te parte a la mitad el corazón,
dime que acostada no cierras los puños,
muerdes la almohada y aprietas los dientes,
que no sientes en las manos la espina de mi ausencia,
que no sangras,
y que no le das de gritos desesperados al aire para que vuelva,
dime que no lo sientes,
dime que ya no llego con la lluvia,
que en la paz de tus silencios ya no escuchas los acordes de mi voz
arrullando con cualquier palabra a tus oídos,
que no llego más con la noche estrellada,
y que has extraviado en algún lado esas ganas de amar,
dime que no lo sientes,
que no lo sientes, para ponerte en libertad.