Hay un lugar en ti
donde habito
y acurrucado allí
existo.
En ese lugar extraño
me flagelo
y en la inusitada intemperie
tiemblo.
Mi camino entre espejismos
muestra recodos,
atiborrado entonces de dudas
me asombro.
Mis puntos cardinales
me distorsionan todo,
y como extraño sinapismo
me estaciono.
Rasgo las horas
del tiempo extinto
y en mágico soliloquio
recorro mis laberintos…
En ese lugar tuyo
donde habito
me vuelvo invisible,
me hago proscrito,
y quedo a mis nostalgias,
circunscrito.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo Venezuela.
Imagen: “Recodos del amor”
Óleo sobre lienzo de: Amelia Díez Cuesta