No quiero sacar una excusa de la chistera,
Ni inventar una historia para justificar,
Que mis versos ya no te nombran por doquiera,
Que mis labios ya no les urgen tu boca besar.
Tampoco voy a decir que fue espontáneo,
Ni echarle la culpa a la inmensa soledad que traigo,
Pero un sentimiento, digámosle, foráneo,
Me hizo darme cuenta que ya no quiero contigo.
No quiero contigo despertar todas mis mañanas,
Discutiendo de las insignificancias de la vida,
No quiero pasar el domingo limpiando ventanas,
Ni tratando de sanarte tu maldita herida.
No quiero contigo crear estériles nexos,
Ni enojarme todas nuestras benditas noches,
Y que lo único rescatable sea el tener sexo,
Arruinándolo todo con los clásicos reproches.
No quiero contigo planear un futuro de viejos,
Ojalá esto sí fuera espontáneo, pero no eres así,
A ti te gusta ser un reloj, no quieres irte lejos,
No te gustaría vivir en la costa, a mí sí.
No te gusta la cebolla ni el frío,
No te gustan mis gustos ni los poemas,
No te gusta ni lo lleno ni lo vacío,
Eres alguien que ni siquiera le gustan los problemas.
Es cierto, el amor cuando lo hacemos es la gloria,
Pero no sólo es en la cama, también es con ropa,
No quiero contigo que todo se base en la memoria,
No quiero un amor que me endulce la sopa.
No quiero decir que lo nuestro se haya terminado,
El amor que te profeso no quiero mancharlo,
Con la impureza de la iglesia y del juzgado,
No quiero contigo un amor para olvidarlo.