racsonando

¡Mágicos sueños!

Danzarán las festivas mariposas

en el hado nacarino de tu tez

Y en el zumbido de sus alas presurosas

dibujaré nuestros nombres otra vez.

Beberé en los mares de tus ojos

el néctar cristalino de embriaguez,

y en las hondas de sus lenguas fabulosas

mis besos viajarán con su avidez.

Hallaré en el preludio de tus labios

el rojo capullo de su ser,

y en tu boca de oníricos sonidos...

¡El alma que se siente renacer!