Fuiste mi gran amor, por ti descubrí tantas cosas que no conocía de mi mismo. Pero hoy me ignoras como si nunca me hubiera cruzado en tu camino. Fui cobarde y traté de olvidarte en otros brazos que se enamoraron de unos ojos tristes como la soledad, que trataba día a día de sacar un sonrisa aunque sabía que mi mente todavía estaba contigo. Después de tratar de huir de ti me olvide de ella y decidí partir. Después de dos semanas sin ella me di cuenta que esas heridas que tu habías abierto ella las había cerrado con su paciencia. Sin embargo todavía en mi pensamiento seguias como ese cobrador que se niega a partir hasta que la deuda este en cero. Ella volvió a mi y yo a ella como dos niños que buscan cariño en los brazos de su madre. A su vuelta me di cuenta que ella era lo que tanto sentía perdido.